Como mamá de cuatro pequeños, cuyas edades oscilan entre los tres y los nueve años, para el Día de la Madre quiero recordarme a mí misma que estoy bien. De hecho, estoy muy bien.
Quiero recordarme a mí mismo que no soy perfecto, pero nadie más lo es y eso está bien. Además, quiero asegurarme a mí mismo que es perfectamente normal hacer las cosas de la manera que me hace sentir bien a mí y a mi familia en lugar de lo que creo que los demás pueden esperar de mí.
Quiero recordar que a veces hay días en los que lo saco del estadio y otros días en que, bueno... tal vez hago swing y fallo. A decir verdad, esos días tienden a enseñarme más sobre mí, la crianza de los hijos y los niños, así que me recuerdo a mí mismo para recordar las lecciones de esos días.
Pero, sobre todo, para el Día de la Madre, quiero recordar las palabras del profeta Khalil Gibran que realmente resuenan conmigo en mi viaje como madre:
“Que haya espacios en su unión, y que los vientos de los cielos bailen entre ustedes. Amaos los unos a los otros pero no hagáis un lazo de amor: Que sea más bien un mar en movimiento entre las orillas de vuestras almas. Llenen la copa del otro, pero no beban de una copa. Dados unos a otros de vuestro pan pero no comáis del mismo pan. Canten y bailen juntos y estén alegres, pero que cada uno de ustedes esté solo, Así como las cuerdas de un laúd están solas aunque se estremecen con la misma música. Entregad vuestros corazones, pero no para el cuidado de los demás. Porque sólo la mano de la Vida puede contener vuestros corazones. Y manténganse juntos, pero no demasiado juntos: porque las columnas del templo están separadas, y el roble y el ciprés no crecen uno a la sombra del otro.”
Estas palabras me recuerdan que, aunque todo lo que hago sea en beneficio de mis hijos, eso no significa que mi único trabajo sea estar constantemente apegado a ellos. Que a veces yo también necesito espacio para poder ser mejor por las experiencias que tengamos cuando volvamos a estar juntos.
Espero que tal vez esta carta a mí mismo también resuene contigo y que seas amable contigo mismo, que te tomes el tiempo para celebrar el gran trabajo que estás haciendo y tengas la confianza de que si estás criando a tus hijos desde la intuición en tu corazón y alma que vas en una gran dirección. Incluso cuando golpeas y fallas.
¡Feliz Día de la Madre!